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GUSANOS DE SEDA
Gabriela Capparelli
El día en que los siete mil gusanos de seda nacieron en el reino de la Emperatriz Chang, el pueblo comenzó a despertar.
Aunque pequeños como el tamaño de la cabeza de un alfiler, cuando todos juntos realizaron su primer acto de supervivencia y comenzaron a comer, fue como si un fuerte estruendo de vida cayera copiosamente en forma de lluvia sobre las hojas de los árboles, despertando a todo el pueblo del profundo letargo en el que había caído.
A partir de ese momento, un lazo invisible empezó a tejerse y un sonido ensamblado, rítmico y constante de palpitación amplificada, se fue expandiendo a través de sus ondas vibratorias, de unos hacia otros, por todos los rincones.
Cubículos especialmente construidos fueron ubicados en el ala oeste de palacio, hacia el pie de la colina, frente al bosque de moreras.
Se dispuso un séquito de trabajadoras para alimentar a las larvas hasta hilar la fina seda que cubrirá el cuerpo de la Emperatriz durante la ceremonia que perpetuará su régimen monárquico. Cuando sea el momento serán ahogados en vapor de agua dentro de cada capullo, el que se devanará en un hilo de seda continuo de hasta 1.500 metros de longitud, que vestirán a la reina.
Hace tantos y tantos años que no llegan a convertirse en mariposas que han perdido en gran medida su capacidad para volar.
Tan embelesada esta la reina y sus consortes para lograr la calidad más fina y delicada de seda posible, que no advertirán el crecimiento que se está gestando fuera de castillo.
Será hacía el día cuarenta que la reina y su séquito y sus consortes percibirán la inquietud de los gusanos pero pensaran que es debido a que se preparan para hilar su capullo.
Hilaran durante dos días y dos noches sin parar mientras el sonido ensamblado, rítmico y constante de palpitación amplificada se redoblara por todos los rincones.
Para cuando sea percibido en palacio será demasiado tarde.
El pueblo irrumpirá en el castillo llevándose consigo los de cajones con crisálidas.
En su frenética huída correrán hacia el bosque mientras a medida que avanzan, se podrá ver como poco a poco, cientos y cientos de mariposas de gusanos de seda comienzan a volar junto a ellos.
Para cuando regresen, ya nada podrá ser lo mismo.
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